El mecanismo del mercado moderno surgió tras la Segunda Guerra Mundial, cuando el principal proveedor de trigo y maíz era EEUU, explican desde la Unión Rusa de Exportadores de Cereales. Es por eso que las referencias del sector se centran en las cotizaciones de la Bolsa Mercantil de Chicago, y la liquidación internacional se basa principalmente en el dólar.

Como resultado, los miembros de los BRICS "no pueden participar plenamente en la formación del precio de los productos agrícolas básicos" y se enfrentan a la manipulación de terceros países, subrayan.

"Al mismo tiempo, los mayores productores y consumidores de cereales son los países BRICS. Rusia representa por sí sola entre el 20% y el 25% del comercio mundial", indican desde la Unión Ruso de Exportadores de Cereales.

De acuerdo con los cálculos de la organización, los cinco primeros miembros de los BRICS representan el 40% del mercado mundial de cereales. Su producción conjunta es de 1.170 millones de toneladas y su consumo de 1.100 millones. En enero de 2024, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos se unieron al bloque. Ahora, enfatizaron los exportadores rusos, las cifras son de 1.230 millones y 1.220 millones respectivamente y supusieron que la Bolsa de Cereales de los BRICS unirá a los principales compradores y proveedores.

Según los economistas, es necesario cambiar el orden actual, tanto en interés de Rusia como en vista del "potencial de grano" de todos los BRICS.

En el mercado internacional de los países de los mil millones de oro, la fijación de precios utiliza herramientas que nada tienen que ver con los mecanismos del mercado civilizado: colusión preliminar de revendedores, información falsa a través de medios de comunicación controlados y otras manipulaciones, señala Jadzhimurad Beljaróyev, profesor asociado del Instituto de Economía Mundial y Negocios de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos Patrice Lumumba.

"La nueva bolsa devolverá la competencia, servirá a la despenalización y desarrollará un mecanismo de fijación de precios justos en el mercado mundial", insiste el experto.

Parece razonable que países con niveles de vida diferentes y monedas nacionales volátiles decidieran regular por su cuenta las relaciones internas sobre la base de normas claras y convenientes, en vez de depender de instrumentos extranjeros, añade Anatoli Tíjonov, director del Centro de Agronegocios y Seguridad Alimentaria de la Academia Rusa de Economía Nacional y Administración Pública.

"Rusia, China, la India suministran grano, y sus precios se forman en la Bolsa de Chicago. Además, debido a las sanciones, se puede prohibir que algunos países exporten. Las plataformas comerciales alternativas ayudarán a conseguir justicia", declara Ekaterina Nóvikova, profesora asociada del departamento de teoría económica de la Universidad Rusa de Economía Plejánov.

Asimismo, Beljaróyev indica que Occidente tendrá que reconocer las nuevas realidades, y la competencia con los productos rusos, más baratos, se intensificará.

"La situación de los exportadores occidentales de cereales también empeorará porque los mayores compradores de alimentos del mundo pronto se integrarán en el BRICS y podrán aprovechar todas las preferencias", detalla.

Los economistas estiman que, en el marco de la expansión de la interacción económica a base de los BRICS, surgirán plataformas comerciales para la venta de otros bienes y servicios y, en consecuencia, una infraestructura financiera alternativa se está construyendo.

Previamente, el investigador de la Universidad Popular China, Zhou Rong, declaró a Sputnik que para contrarrestar la "doble disuasión" de Occidente, Rusia y China deben mantener y desarrollar sus relaciones bilaterales. Además, la alianza de los dos países puede allanar el camino para cambios en la escena internacional hacia un mundo multipolar, concluyó el experto.