Pese a que la deuda total del Estado creció en 2,775 billones de rublos (unos 29.970 millones de dólares) en 2023, el endeudamiento externo disminuyó un 17,7%, hasta 316.800 millones de dólares, la cifra mínima desde 2007, cuando fue de 313.200 millones de dólares, se desprende del informe.

A fecha del 1 de enero de 2024, la carga de la deuda, calculada como el ratio entre la deuda externa y el PIB, se sitúa en el 15,8% (reducción de 0,7 puntos porcentuales). A palabras de expertos, se trata de un nivel aceptable y seguro en contraste con otras potencias mundiales, como las de G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, el Reino Unido y la Unión Europea).

"Para la estabilidad financiera [del Estado], el ratio peligroso es del 70-75% del PIB", explica el experto financiero, Konstantin Zusmanovich.

Resulta que Moscú logró amortizar casi totalmente su deuda externa desde principios de 2022, cuando ascendía a 482.300 millones de dólares. Por eso, una carga de la deuda tan baja aumenta la estabilidad frente a las restricciones occidentales.

"La reducción de la deuda externa contribuye a la sostenibilidad de la economía: hay menos riesgos de refinanciación de los pasivos, aumento del costo del servicio, inestabilidad de los tipos de interés", aclara otra analista, Ekaterina Bezsmertnaya.

El endeudamiento externo se vio afectado por dos factores: las restricciones económicas de Occidente, que dificultaron mucho más la obtención de préstamos en el extranjero, y el pago de las obligaciones contraídas con acreedores extranjeros.

De acuerdo con el ministro ruso de Finanzas, Anton Siluánov, la deuda del Estado seguirá creciendo gradualmente en los próximos tres años. Sin embargo, para recaudar fondos se recurrirá a préstamos nacionales —hasta el 80%— en lugar de al mercado internacional de divisas.

Además de los residentes, las naciones aliadas también están comprando deuda pública, por lo que economistas creen que Moscú lo está haciendo bastante bien en las difíciles condiciones actuales, con los intentos fallidos de Occidente de aislar económicamente a Rusia, en el fondo.

"China, la India y algunos Estados de Oriente Medio han demostrado un interés sistémico en financiar nuestra economía. Pueden ofrecer fuentes alternativas de capital para proyectos nacionales", concluye el experto en economía, Vadim Petrov.