Con la coalición “tenemos una oportunidad única de encaminar la historia hacia la justicia social, por un mundo en el que todos puedan desarrollar su potencial y disfrutar de los beneficios del progreso económico, medioambiental y social”, dijo el director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo.
Hasta la fecha, 19 gobiernos, 14 organizaciones de empleadores y 30 de trabajadores, 11 organizaciones internacionales e instituciones financieras, 10 entidades regionales, 12 organizaciones no gubernamentales internacionales, tres empresas y una institución académica se han unido a la coalición.
Establecida en noviembre de 2023, la coalición tiene como objetivo mejorar la colaboración mundial para abordar las brechas de justicia social y avanzar en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Programa de Trabajo Decente de la OIT.
A través del intercambio de conocimientos y la promoción de iniciativas, la coalición busca reducir las desigualdades mundiales, aliviar la pobreza y satisfacer las necesidades esenciales, mediante la promoción de normas internacionales del trabajo y el diálogo social.
La OIT la presenta como una plataforma voluntaria, abierta a gobiernos, empleadores, organizaciones de trabajadores y no gubernamentales, entidades internacionales, instituciones financieras, empresas, y el mundo académico, comprometidos con el avance de la justicia social y los objetivos compartidos.
Se propone aprovechar los puntos fuertes y las prioridades de los socios, fomentando compromisos políticos y acciones prácticas alineadas con las prioridades nacionales.
La OIT destaca que la adhesión a la coalición proporciona a los socios una mayor visibilidad de los aspectos de justicia social en sus mandatos.
Los esfuerzos de colaboración pueden permitir mayores impactos y escalas, y posibilitar resultados que de otro modo serían inalcanzables individualmente, como mejorar el acceso a la atención sanitaria, la educación de calidad y el trabajo digno.
Eso debe traducirse en mejores oportunidades de empleo, nutrición y educación para los trabajadores y sus familias.
La OIT, establecida en 1919, reconoce que la búsqueda de la justicia social, un elemento de su mandato constitucional, “va más allá del mundo del trabajo y requiere la colaboración de todo el sistema multilateral”.
Los temas prioritarios para la coalición son abordar la desigualdad, la discriminación y la exclusión; fomentar los derechos laborales como derechos humanos, garantizar la dignidad humana y satisfacer necesidades básicas.
Asimismo, facilitar el acceso a empleo productivo libremente escogido y a empresas sostenibles; promover transiciones justas y los aspectos sociales del desarrollo sostenible, el comercio y la inversión, y fortalecer las instituciones de diálogo social.
Los socios de la coalición son alentados a documentar sus respectivas experiencias y a intercambiar información. No se les demanda pago de ninguna cuota de afiliación, aunque deben cubrir sus propios gastos por acudir a reuniones y foros.
Los gobiernos socios de la coalición son, en América Latina, Brasil, Chile, México, Panamá y Uruguay; y, en otras regiones, Alemania, Armenia, Bélgica, Canadá, Filipinas, Gabón, Iraq, Japón, Pakistán, Portugal, República Centroafricana, Seychelles, Suiza y Turquía.
Se han unido la Confederación Sindical Internacional, la Confederación Árabe de Sindicatos, la Organización para la Unidad Sindical Africana, la Internacional de Servicios Públicos, y federaciones y centrales obreras de Albania, Armenia, Bélgica, Bielorrusia, Canadá, Colombia, España, Estonia e India.
También de Malta, Myanmar, Nepal, Pakistán, Perú, Polonia, República Dominicana, Rumania, Sudán del Sur, Suecia, Tanzania, Togo, Yemen y Zambia.
Del lado empresarial se han unido la Organización Internacional de Empleadores, la Confederación Mundial de Empleo, y organizaciones patronales de Alemania, Bangladesh, Brasil, Estados Unidos, Kenia, Malasia, Pakistán, República Dominicana, Ucrania y Yemen. (IPS - A-E/HM)