Estados Unidos anunció este miércoles (05.08.2020) que enviará a Taiwán su delegación de más alto rango desde 1979, año en que rompió con ese país y reconoció a Beijing como legítimo representante de China. El grupo será encabezado por el secretario de Salud, Alex Azar. El gesto provocó la inmediata reacción de Beijing, que acusó a Washington de poner en peligro la paz. En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores taiwanés, país que China considera una provincia rebelde, agradeció "sinceramente" la visita de Azar, cuyas fechas exactas no concretó, e indicó que el político norteamericano se reunirá con la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y los titulares de Exteriores, Joseph Wu, y de Salud, Chen Shizhong, entre otros. El comunicado añade que "el secretario Azar es desde hace mucho tiempo un amigo cercano de Taiwán”, precisando que esta visita es una "prueba de los sólidos fundamentos de la confianza mutua" entre Washington y Taipéi. Ambos gobiernos aseguraron que la visita está vinculada con la exitosa gestión de la pandemia de coronavirus realizada por Taiwán, donde desde marzo se han registrado solo 476 casos y 7 muertes. Pese a su extraordinario trabajo, el país no ha podido compartir con la OMS su estrategia, pues fue excluido de la organización por presión china. China reacciona La reacción de China no tardó en llegar. El portavoz del Ministerio de Exteriores, Wang Wenbin, dijo que el gigante asiático "se opone firmemente a los intercambios oficiales entre Estados Unidos y Taiwán. Llamamos a Estados Unidos a respetar el principio de una sola China y abstenerse de enviar señales incorrectas a las fuerzas independentistas taiwanesas”. La República Popular de China considera a Taiwán una de sus provincias. La isla sirvió de refugio a los nacionalistas, que abandonaron la China continental cuando perdieron la guerra civil ante los comunistas, que se tomaron el poder en 1949. Taiwán fue representante de China a nivel internacional hasta 1971, cuando fue expulsada de Naciones Unidas. En 1979, Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Taipéi para reconocer al gobierno comunista con sede en Beijing como el único representante de China. Sin embargo, con cierta ambigüedad, sigue siendo el aliado más poderoso del territorio insular y su principal proveedor de armas. Además, mantiene en Taipéi una oficina comercial, que de facto opera como una embajada. (Deutshe Welle)