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“Las fuerzas de seguridad atraen a las personas racistas”, observa el historiador Jean-Frédéric Schaub.
Es un tema candente que vuelve a surgir con frecuencia y que las autoridades francesas, sin importar su color político, prefieren evitar ya que remite al colonialismo y al racismo que atraviesa ciertos sectores de la sociedad francesa. Desde hace varios años, colectivos antirracistas denuncian la multiplicación de actos y las palabras discriminatorios de la policía francesa contra los ciudadanos de origen africano.
A finales de mayo, fue la cantante Camelia Jornada que acusó a los policías de “masacrar” a hombres y mujeres en los suburbios solo por su color de piel. Jornada, nieta de migrantes argelinos, agregó además tenerle “miedo” a la policía. Sus declaraciones causaron polémicas en las redes sociales y fueron condenadas sin ambages por el ministro del Interior Christophe Castaner.
El tono del ejecutivo francés, que siempre se negó a reconocer cualquier tipo de violencia estructural de la violencia policial contra ciertos sectores de la población, cambió sin embargo esta semana. Una manifestación reunió a cerca de 20.000 personas en la explana del tribunal de París el martes, para exigir justicia por la muerte de Adama Traoré, un joven de origen africano, que murió en 2016 tras su detención por la policía. Una cifra totalmente inesperada y que llevó a la portavoz del gobierno Sibeth NDiaye a reconocer que la muerte de Traoré suscita una emoción "legítima" en el país.
La lucha de la familia Traoré, que más allá del caso específico del joven, ha emprendido una batalla contra todo tipo de violencia policial, recibió un nuevo impulso en el contexto de la muerte de George Floyd en EE.UU.
RFI conversó sobre el tema con el historiador Jean Frédéric Schaub de la Escuela de altos Estudios de Ciencias Sociales de París (EHESS).
RFI: ¿Cómo explicar el éxito sorpresivo de la movilización en memoria de Adama Traoré esta semana?
J-F. Schaub: Me parece claro que en el caso de manifestación del martes pasado ha influido de forma potentísima el eco de lo que está ocurriendo en distintas ciudades de Estados Unidos en relación con la muerte de George Floyd. La idea de la familia de Adama Traoré, y en particular de su hermana, Assa, es crear un paralelismo entre las dos situaciones y reivindicar una protesta del mismo carácter en Francia como lo que está ocurriendo en Estados Unidos.
RFI: ¿Es comparable el racismo de la policía estadounidense con lo que pasa en Francia?
J-F. Schaub: Al nivel cuantitativo, las dos realidades no mantienen ningún tipo de relación. Si uno habla en términos de números de actos de violencia y de muerte cometidos por la policía de Estados Unidos con lo que está ocurriendo en Francia. Incluso en relación con la diferencia poblacional entre Estados Unidos y Francia, la diferencia estadística sería casi de un caso en Francia por 20 o 25 en Estados Unidos.
RFI: Existe una controversia en Francia sobre el racismo policial. Algunos colectivos, como el que pide justicia para Adama Traoré, denuncian el racismo y la violencia excesiva de la policía francesa, un fenómeno que niega el gobierno de Macron. Ello pese a que, en 2017, la Defensoría francesa de los Derechos (Défenseur des droits) estableció que los hombres con rasgos africanos tienen 20 veces más de probabilidad de ser revisados por la policía. ¿Es racista la policía francesa?
J-F. Schaub: Hay que hablar con ciertos matices. Si el problema consiste en saber si hay policías racistas, me parece que la respuesta es sí. Dentro de las fuerzas de seguridad hay personas, individuos y no pocos, con pensamientos racistas o incluso de extrema derecha, cosa que en realidad históricamente no es nada nuevo.
Hay profesiones que atraen a determinado tipo de personas. Personas que comparten un imaginario del orden, de la superioridad de Occidente etc., pueden sentirse atraídas por la profesión de policía exactamente como - perdón en la comparación- pedófilos pueden ser atraídos por el sacerdocio o la enseñanza.
Ahora también es verdad que dentro del cuerpo de policía que en nuestro país es una profesión que tiene derecho de sindicalización, hay sindicatos de policías que no mantienen ningún tipo de relación con pensamientos o comportamientos de tipo ultraderechistas o racistas, y son mayoría.
En cuanto a los controles policiales (a la población de origen africano) eso tiene que ver con el con dos temas. Un tema, en mi opinión legítimo, es el tema de la necesidad que tiene la policía de trabajar con perfiles. Si lo que se está persiguiendo es un tráfico identificado con familias concretas conocidas que procede de determinadas zonas geográficas, es lógico que las fuerzas de seguridad como en todos los países del mundo, hasta los más democráticos, se enfoquen en las personas que estén buscando
Lo que no es normal es cuando la policía tiene que presentar cada semana o a fin de mes cifras de delitos esclarecidos. Para lograr estas metas, revisan a todas las personas negras que pasan por ejemplo por una estación de trenes y por razones que todos conocemos seguramente una de cada 10 es indocumentada, y luego presentan un informe diciendo que tal comisaria ha sido capaz de reprimir un cierto número de delitos.
RFI: Los manifestantes antirracistas han ido denunciando una supuesta impunidad de los policías en Francia. ¿Qué le parece?
Es cierto que hay un problema. El servicio encargado de investigar a la propia policía es un servicio interno del ministerio del Interior. De tal manera que con cierta legitimidad, uno puede dudar de que policías que investigan a otros policías dejen de ser solidarios con sus compañeros, de ahí que exista un problema de objetividad en la represión de actitudes o actos delictuosos en relación con el tema racial.
Sobre el tema de la impunidad, creo que hay dos soluciones: una es echar a las personas indeseables del cuerpo policial, y eso ocurre. Lo que es más difícil es mandar a prisión a los policías. Y es que el destino de un policía detrás de las rejas, es el destino de un preso que puede vivir un auténtico infierno dentro de las cárceles. Los jueces se lo piensan mucho.
RFI: ¿Qué tipo de mecanismos podrían implementarse en Francia para restablecer la confianza entre la policía francesa y la población, y poner fin a los abusos policiales?
Se han desmantelado las brigadas de policía cercana, que estaban muy vinculadas con la población, y han sido reemplazadas por brigadas que vienen de fuera de los barrios para vigilar el orden. Me parece importante restablecer una policía más vinculada con la población local.
Además había una vieja idea que defendía el Partido Socialista francés, que creo que hay que apoyar, y era que cada vez que un policía revisa a un ciudadano, tenga que entregarle un recibo. Para que una persona negra o magrebí y pueda decirle al juez ‘soy un ciudadano honesto y no hay nada que justifique que me revisen 15 veces al mes’, y poner una denuncia. Es una solución que el expresidente François Hollande había prometido, y que no se atrevió a cumplir, pero esa idea sigue sobre la mesa. (RFI)