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LA MORA, México — Andre Miller vio que se elevaba la columna de humo a por lo menos un kilómetro de distancia. Segundos después, dijo, se escuchó el estallido.
En ese momento fue a la carretera y encontró una camioneta envuelta en llamas, la misma que su cuñada, Rhonita Miller, conducía con sus cuatro hijos el lunes por la mañana. Lo vio horrorizado, sin poder acercarse. El calor era intenso.
“No podía acercarme a más de nueve metros”, dijo Andre Miller, de 18 años. “No sabía si estaban adentro del coche o no”.
A través de las llamas, vio a tres hombres armados que escapaban del lugar. Eran las 10:20.
Fue la primera prueba desgarradora de que algo había salido muy mal en la comunidad mormona de La Mora, un pequeño poblado de huertos de fruta y nueces escondido tras una cortina de montañas en el norte de México.
Durante las siguientes doce horas, la familia se apresuró a localizar a sus seres queridos y a tratar de entender una tragedia que ha impactado a el mundo: la masacre de tres madres y seis de sus hijos, entre ellos unos gemelos de 8 meses, en una carretera aislada que sus familias han recorrido durante décadas.
Una de las mujeres estaba por comenzar una nueva vida en Dakota del Norte con su esposo. Otra planeaba encontrarse con su marido para celebrar su aniversario. La tercera se estaba preparando para ir a una boda.
Sin embargo, unos hombres armados que se encontraban a lo largo de la sierra, estaban esperando a que pasaran los vehículos. (TNYT)