Es habitual que en filosofía se establezcan luchas y discusiones al interior de la propia disciplina. Este es el caso de las corrientes conocidas como idealismo y materialismo. Cada una de ellas expone una concepción de la realidad que nos permite entender nuestro mundo y a nosotros mismos de manera diferente.
En este artículo, te contaremos de qué se tratan ambas teorías. Asimismo, expondremos sus principales diferencias para que visualices el contraste entre una perspectiva y la otra.
Esta doctrina filosófica sostiene que lo único real y verdadero son las ideas a la hora de interpretar el mundo. La misma ha sido desarrollada con más intensidad durante la edad moderna; sin embargo, es posible rastrear sus orígenes en la antigua Grecia.
De esta manera, suele situarse el inicio del idealismo en la filosofía de Platón, con su teoría de las ideas. Según esto, lo aparente que se nos presenta en la experiencia es despreciado por su constante transformación y su poca fiabilidad para ser conocimiento verdadero.
Hay que tener en cuenta que el concepto griego de idea (ιδέα) se refiere a la apariencia. Por lo tanto, una correcta interpretación del idealismo platónico sería que es en lo visible donde se halla la verdad con una mirada atenta y racional.
A grandes rasgos, existen dos tipos idealistas predominantes en la historia filosófica. El primero de ellos se denomina idealismo subjetivo y sostiene que las ideas solo existen en la mente del sujeto. En consecuencia, no hay un mundo externo independiente del individuo que conoce. Sus principales representantes fueron Berkeley, Fichte y Ernst Cassirer.
La segunda clase se denomina idealismo objetivo y considera que las ideas existen por sí mismas; solo pueden ser aprehendidas o descubiertas mediante la razón. Sus principales representantes fueron Platón, Leibniz y Hegel.
El materialismo es una filosofía que sostiene la primacía de lo material por sobre lo espiritual. Es decir, afirma que todo en el mundo está compuesto por materia. En este sentido, la idea es posterior a lo material.
Tal corriente también tiene sus orígenes en la antigua Grecia. De acuerdo con la Revista Científica Orbis Cógnita, los materialistas eran quienes explicaban la realidad a partir de una sustancia corpórea.
Fue el caso de los representantes del atomismo antiguo, Leucipo y Demócrito. Ellos planteaban que el mundo estaba compuesto por átomos indivisibles. Asimismo, Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes desarrollaron un materialismo primigenio.
En ese contexto, a través de su concepto de arché (fundamento o comienzo) defendieron la existencia de un mundo material. El mismo estaba formado a partir de un elemento primordial que podía ser el agua, lo indefinido o el aire.
Tenemos diversos tipos de materialismo según se centren en explicar a Dios, el mundo y el sujeto que conoce. No obstante, podemos clasificarlos en dos grandes grupos.
Por un lado, el materialismo mecanicista sostiene que todo lo que existe es un objeto físico susceptible de ser descrito en términos materiales. Algunos de sus representantes fueron Hobbes, Spinoza, Feuerbach.
También está el materialismo emergentista en el que existen niveles de organización hacia el interior de la materia. Nos encontramos con entes físicos, químicos, biológicos, sociales y antropológicos. El principal exponente de esta corriente fue Mario Bunge.
Los distintos puntos de vista que tienen ambas doctrinas las hacen dignas de ser contrapuestas. De hecho, la historia de la filosofía las ha tenido como rivales. A continuación, se expondrán las diferencias principales entre idealismo y materialismo.
El idealismo sostiene que el pensamiento y la existencia, o bien la mente y la conciencia, son primeros. Con respecto a esto, muchos filósofos han considerado que el mundo externo es una construcción de la conciencia. Por eso, la exterioridad se concibe como pura idea.
Por su parte, el materialismo afirma que la relación entre mente y conciencia es una manifestación cerebral de sus procesos físicos y químicos. En consecuencia, el pensamiento es producto de la actividad neuronal y los mecanismos cerebrales que se dan al interior de este órgano.
El idealismo afirma que la realidad o mundo que nos rodea se forma a partir de las ideas que tenemos en nuestra mente. Por lo tanto, sin ideas no existe el mundo de manera independiente del sujeto que las conciba y conoce.
El materialismo, en cambio, defiende que la realidad está formada por materia y objetos físicos en todas sus manifestaciones. Es decir, se incluye como sustancia a los procesos energéticos. De esta manera, el mundo y el ser humano se conciben como una máquina biológica susceptible a la observación y al análisis.
Como dijimos, el componente principal del idealismo son las ideas y estas se encuentran relacionadas con los entes espirituales. Ejemplo de ello es la idea de Dios. Entonces, es posible decir que el idealismo está relacionado con la religión.
Desde su esquina, el materialismo niega la existencia de Dios porque concede como real solo lo corpóreo. De esta forma, la idea de este ente espiritual no tiene lugar en esta doctrina filosófica. Debido a eso, dado que lo importante es la materia, la ciencia se erige como la forma principal para explicar la realidad y los fenómenos físicos y tangibles.
El idealismo propone una relación entre experiencia y constitución subjetiva. Esto cobró mayor interés a partir del idealismo de Kant. De este modo, la experiencia erige a la conciencia subjetiva o el sujeto individual. A su vez, esta última forja el mundo externo.
Mientras que el concepto de experiencia para el materialismo se vincula con la existencia de un mundo compuesto de materia. Esta se encuentra fuera de nosotros, de ahí que no se vincule con la conciencia, como es el caso del idealismo.
El idealismo desarrolla sus postulados a partir de ideas intangibles, es decir, que no cuentan con una materialidad propia. En este sentido, las ideas de estos pensadores suelen clasificarse como extraterrenales, divinas o incognoscibles.
En contraposición, el materialismo siempre se ha servido de elementos tangibles que se pueden ver y tocar. Así, observando la materia, han sabido probar las causas de los sucesos del mundo natural.
La última diferencia significativa entre idealismo y materialismo es el énfasis que pone cada corriente filosófica a la interioridad y la exterioridad.
De modo concluyente, el idealismo se enfoca en la interioridad, ya que las ideas se producen al interior de una conciencia subjetiva. Sin esta última no se puede conocer en absoluto el mundo exterior.
El materialismo es todo lo contrario, es decir, su foco está puesto en la exterioridad y en lo observable. Es el mundo material el que determina el conocimiento e incluso la subjetividad.
Este recorrido por el debate entre el idealismo y el materialismo va más allá de una simple enumeración de sus diferencias, pues se ponen en juego modos de concebir e interpretar la realidad y el ser humano.
Inclusive, entre los filósofos la disputa ha escalado a tal punto que surgieron nuevas interpretaciones de ambas corrientes. Así las cosas, hoy podemos preguntarnos: ¿Somos nosotros mismos los creadores del mundo? ¿O más bien se trata de aceptar que formamos parte de un universo material regido por leyes físicas? (lamenteesmaravillosa - Escrito por Jennifer Rojas)