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La pandemia de coronavirus ha causado un "daño extremo" a la economía mundial, apuntó Raghuram Rajan, profesor de finanzas en la Universidad de Chicago. Durante una reciente conferencia, el académico advirtió que existe un "gran riesgo" de que los mercados emergentes se hundan.
"No le estamos prestando suficiente atención. No hay suficiente [medidas de] alivio. ¿Cómo saldrán [de la pandemia] con recursos fiscales limitados? En muchos de esos países su deuda, con el PIB, se disparará, incluso solo por todo el daño que se ha causado por la pérdida de ingresos, por la pérdida del PIB", afirmó Rajan, citado por CNBC.
Tharman Shanmugaratnam, presidente del banco central de Singapur, puso de relieve que la mayor parte del crecimiento global actual, es decir, cerca de dos tercios, proviene del mundo emergente.
"Cuando pensamos en el futuro de la economía mundial, se trata fundamentalmente de si el mundo emergente continuará emergiendo o si se va a sumergir", dijo Tharman, quien también preside un consejo global de líderes económicos y financieros.
Según Rajan, el mundo necesita que un liderazgo global proporcione los recursos necesarios para los países que más los necesitan.
"Tiene que venir de los dos países más grandes del mundo: China y Estados Unidos. Ambos tienen que dar un paso al frente, ambos no lo hicieron. Los 40 países más pobres del mundo claramente necesitan más recursos para combatir el virus", dijo.
Jiang Yuechun, director del Centro de Economía Mundial y Desarrollo del Instituto Chino para Estudio de Problemas Internacionales, coincide que una cooperación entre EEUU y China es algo beneficioso para todos.
"China y Estados Unidos desempeñan un papel importante en la economía global. Si las dos partes cooperan fructíferamente, eso contribuiría positivamente a la prosperidad económica y la estabilidad en el mundo. Por el contrario, si las dos partes rivalizan, sin duda, tendrá un impacto negativo en el desarrollo mundial", comentó el experto a Sputnik.
El experto consideró, sin embargo, que recientemente las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo han entrado en una espiral descendente, parcialmente, debido a la postura de EEUU.
"En la situación actual, ya sea en la economía, la política, la lucha contra la epidemia, Estados Unidos está adoptando un abordaje extremadamente negativo hacia China. Creo que esa posición de Estados Unidos solo exacerba la ya difícil situación global", afirmó Jiang Yuechun.
El experto puso de relieve que China está tratando de tener un papel constructivo en la resolución de la crisis global causada por la pandemia. Sin embargo, el fracaso de Estados Unidos en evitar la propagación del COVID-19 en su territorio representa una amenaza no solo local, sino de proporciones globales.
"El número de personas infectadas en Estados Unidos está creciendo y esto amenaza no solo el regreso a la vida normal en EEUU, sino también la recuperación de la economía estadounidense. Además de eso, Estados Unidos agrega negatividad a la cooperación internacional. Washington se negó a apoyar a la Organización Mundial de la Salud en el momento más crucial, cuando todo el mundo está luchando contra la epidemia", agregó Jiang Yuechun.
El experto subrayó que EEUU es un gran actor en la comunidad internacional y "debe tomar medidas efectivas en un momento en que el mundo enfrenta una crisis".
Por su parte, Rajan espera que las venideras elecciones estadounidenses, que se celebrarán en noviembre, sean un "punto de inflexión" para que EEUU y China vuelvan a dialogar.
SE AGRANDA LA BRECHA: ¿HASTA QUÉ PUNTO SE DETERIORARÁ LA RELACIÓN ENTRE CHINA Y EEUU?
El anuncio del cierre del consulado de China en Houston (Texas) ha provocado un terremoto, pero la cosa no queda ahí: Donald Trump asegura que esta podría ser solo una de muchas suspensiones. La politóloga rusa Yevgenia Voiko comparte su pronóstico de la situación con Sputnik.
El reciente anuncio del cierre del consulado de China en Houston —motivado por las "operaciones masivas de espionaje e influencia ilegal" en Estados Unidos de las que se acusa al país asiático— podría no ser el único.
La Administración Trump no parece haberse sentido intimidada por las palabras del portavoz del Ministerio de Exteriores del gigante asiático, Wang Wenbin, quien aseguró que "si EEUU sigue adelante [con la decisión de Houston], China tomará las contramedidas necesarias".
Durante una conferencia de prensa en la que se abordó la posibilidad de cerrar otras misiones diplomáticas, Donald Trump declaró que "en lo que respecta a cerrar otras embajadas, siempre es posible". Al presidente de EEUU le preocupa la quema de documentos que se produjo en el consulado de Houston tras conocerse la noticia de su inminente cierre.
La especialista y profesora de ciencia política de la Universidad Financiera del Gobierno de la Federación de Rusia, Yevgenia Voiko, lo tiene claro: este movimiento del Gobierno de EEUU forma parte de una estrategia meditada en la que, tanto en lo referente al coronavirus como en la línea que sigue la política exterior de Trump, Estados Unidos da prioridad al vector asiático, dice.
"De esta manera, Trump realiza bastantes proyectos dirigidos a debilitar las relaciones e instituciones sino-estadounidenses", aclara la experta.
En ese contexto se producen las últimas declaraciones del presidente de EEUU, quien se juega la permanencia en la Casa Blanca en las próximas elecciones presidenciales. En este sentido, Voiko ve también una dimensión de política interior en las decisiones de este Gobierno.
"Trump necesita dar pasos contundentes para movilizar al electorado conservador, para mostrar así que es fiel a su palabra y que está decidido a luchar contra la amenaza china, lo que también incluye el cierre de misiones diplomáticas. Es una decisión rotunda", sostiene la experta rusa.
Voiko augura un futuro en que las relaciones entre Pekín y Washington podrían continuar deteriorándose.
"Creo que se puede pronosticar un recorte de algunos proyectos económicos sino-estadounidenses, incluidos los del ámbito comercial. Creo que esta cuestión se planteará en relación con el cierre de las misiones diplomáticas. No descarto que China pueda usar su principal baza en esta historia: la deuda estadounidense con ella", concluye la interlocutora de Sputnik.
¿QUÉ FALTA PARA UNA GUERRA ENTRE EEUU Y CHINA?
No amaina la guerra multidimensional de EEUU contra China, mientras Trump asesta nuevas sanciones tras el cierre mutuo de consulados en Houston y Chengdu. Alemania no jala con la pugnacidad de Pompeo y es castigada con el retiro de la tercera parte del Ejército norteamericano. Pekín parece esperar el resultado de la elección presidencial en EEUU.
No fue casual que el pugnaz secretario de Estado, Mike Pompeo —exdirector de la CIA y zelote evangelista sionista—, haya formulado la política de EEUU en la Biblioteca Presidencial Richard Nixon en el sur de California: "el viejo paradigma del compromiso ciego con China simplemente no podrá seguir. No debemos regresar a él", en referencia a la visita de Nixon a China en 1972 y a la normalización de las relaciones en 1979 con Deng Xiaoping.
En 48 años, la odisea ascendente de China ha sido la más vertiginosa en la historia de la humanidad.
Tampoco fue casual que de los cinco consulados que tiene China en EEUU, Trump haya ordenado el cierre del Consulado de Houston: importante feudo del Partido Republicano y adonde acudió el mandarín Deng Xiaoping a colocarse un sombrero de cowboy.
Global Times, portavoz oficioso del Partido Comunista Chino, afirma que la "elección presidencial de EEUU enloqueció a Washington", mientras la Unión Europea se resiste a tomar partido entre China y EEUU y Mike Pompeo intenta seducir a Dinamarca y a Reino Unido para conformar una coalición contra Pekín, que hasta ahora no ha prosperado ni siquiera con Reino Unido, que juega doble.
Global Times aduce que los "países europeos tienen intereses diferentes. Algunos son mas cercanos a Washington mientras otros son íntimos con Pekín" por lo que "es difícil para ellos tener una política común hacia China" cuando "hacedores de la política en Europa tratarán de mantener relaciones favorables con EEUU, pero no sacrificarán sus relaciones favorables con China".
Alemania, máxima superpotencia geoeconómica de Europa, ha sido castigada por Trump, debido a su rebeldía y su notable relación con China, y ha ordenado el retiro de la tercera parte de la presencia militar estadounidense en suelo teutónico, que la deja a merced estratégica de Rusia, de la que depende de su abastecimiento gasífero con el Nord Stream 2.
Hoy Alemania se inclina más al Este euroasiático que al Oeste noratlántico, mientras se gesta una nueva recomposición geoestratégica ante el ascenso irresistible de Rusia y China y el declive inexorable de EEUU 31 años más tarde a la caída del Muro de Berlín.
En una serie de cuatro extensos artículos, South China Morning Post —propiedad de Alibaba y con sede en Hong Kong— aborda los probables escenarios de confrontación militar de EEUU contra China, en particular, en los dos sensibles contenciosos del mar del Sur de China y de la isla renegada de Taiwán.
Shi Jiangtao, anterior diplomático chino, comenta que la "sombra de un Pearl Harbor planea sobre el despliegue de la guerra fría entre las dos superpotencias conforme las tensiones crecen en varios frentes", donde destaca un "mayor riesgo de una confrontación no planeada conforme se deterioran las relaciones a un ritmo sin precedente".
Jiangtao cita el pesimismo de Henry Kissinger, anterior secretario de Estado, quien abrió al inicio de la década de 1970 el camino para la visita histórica de Nixon a China "con el fin de aislar a la anterior URSS".
Jiangtao afirma que Kissinger, a sus 97 años de edad, "ahora ve a China como el único rival estratégico de Washington" y advirtió el año pasado en Pekín que "un conflicto militar 'sin restricciones' entre los dos países pudieran ser peor que las previas guerras mundiales". Agrega que hace dos años Kissinger sentenció que "desde un punto de vista histórico, China y EEUU están casi destinados a los conflictos".
Según Brian Klein, anterior diplomático estadounidense, "la más dura postura de EEUU en el mar del Sur de China forma parte de la campaña de reelección de Trump".
El asunto del mar del Sur de China no es menor, cuando su importancia estratégica, en la región Indo-Pacífico, es descomunal: lo atraviesa la tercera parte del transporte global con un comercio de 3 billones de dólares cada año. Además de pletóricas reservas de petróleo y gas, contiene bancos de pesca fundamentales para la seguridad alimentaria de los millones de habitantes del sudeste asiático. Es limítrofe con nueve países, además de China: Brunéi, Camboya, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam.
A juicio de Eduardo Baptista, los escenarios de "juegos de guerra" sugieren que la confrontación entre EEUU y China se puede escenificar en el mar del Sur de China, en lugar de Taiwán, y se puede deber a un "accidente más que a un ataque militar deliberado".
Baptista basa sus asertos en el libro La Nueva Geopolítica de Asia: Ensayos Sobre la Reconfiguración de la Región Indo-Pacífico de Michael R. Auslin, un sinófobo de línea dura de dos centros neoconservadores globalistas Hoover Institution y American Enterprise Institute.
La extrema dureza retórica de Mike Pompeo tilda de "ilegales" los reclamos de Pekín sobre el mar del Sur de China.
Curiosamente, la distancia de EEUU al mar del Sur de China es de 13.364 kilómetros y enmarca el todavía poder marítimo hegemónico de Washington en el mundo y que ahora ha colocado a dos de sus portaviones, de los 11 que detenta, en ese turbulento mar en disputa.
David Ochmanek, prominente investigador del think tank Rand, expone que en todos sus escenarios de "juegos de guerra" surge victoriosa Pekín en el mar del Sur de China.
La guerra tecnológica de EEUU contra China no ha dado los resultados esperados. La empresa china Tencent se posicionó como el operador de redes sociales mas importante del mundo, con una capitalización de mercado de 670.000 millones de dólares y ha desplazado a Facebook, con una capitalización de mercado de 657.800 millones de dólares. Además, la perseguida Huawei desbancó a Samsung y a Apple del primer lugar de la venta de teléfonos celulares.
Fuera de un accidente, a Trump no le conviene una guerra en el mar del Sur de China y/o en Taiwán contra China, lo que entraría al terreno aleatorio de su desenlace y/o empantanamiento, a 100 días de la búsqueda de su reelección. En este escenario, Trump puede vivir el fracaso de Jimmy Carter con su operación fallida de rescate de los rehenes estadunidenses en Teherán, lo cual le costó su reelección.
Los chinos son grandes negociadores y saben seducir al adversario. Amén de que, en mayo, contra toda la lógica convencional, China compró más de 10.000 millones de dólares de Bonos del Tesoro de EEUU. Llamó poderosamente la atención, también contra toda lógica convencional en medio de la guerra multidimensional, que la principal exportadora de chips del mundo, la estadounidense Qualcomm haya celebrado un acuerdo con Huawei que tanto requiere de sus chips.
En la coyuntura presente ni a Trump ni a China les conviene una guerra cuando ni siquiera se sabe cuál será la decisiva postura de Rusia que ostenta una "asociación estratégica" con China que tratará de evitar al máximo la conflagración militar, en espera del resultado de la elección presidencial del 3 de noviembre.
INDIA Y EEUU AFIANZAN SU RELACIÓN PARA HACER FRENTE A CHINA
Un acuerdo comercial se espera para los próximos meses. Sin embargo, intereses políticos y militares estarían mediando en el vínculo. Sputnik conversó con el doctor Carlos Aquino, experto en economía asiática.
El vínculo comercial entre Washington y Nueva Delhi podría desembocar pronto en un tratado de libre comercio. Si bien la fecha no ha sido establecida, tanto la administración india como la estadounidense afirmaron que el rumbo de las negociaciones es el correcto.
El ministro de Industria y Comercio de India, Piyush Goyal, se refirió al tema durante la Cumbre virtual de Ideas del Consejo Empresarial EEUU-India, en la que afirmó "ya casi llegamos". Sin embargo, aclaró que antes del pacto de libre comercio, las naciones deben lograr un acuerdo preferencial que incluya entre 50 y 100 artículos y servicios.
India fue excluida en marzo de 2019 de la lista de países a los que EEUU les da trato preferencial. Según esgrimió entonces el presidente Donald Trump, las ayudas y exoneraciones que hacía su país no eran correspondidas por India, que mantenía fuertes aranceles. Además —había dicho— el país asiático ya no era una economía pobre que requiriera un apoyo para su desarrollo.
Desde entonces, la vinculación de los Gobiernos de Narendra Modi y Trump pasó de una inicial distancia a una importante cercanía que no deja de crecer. Para expertos, más que lo comercial es lo político lo que fortalece su vínculo y en ello coincidió el doctor Carlos Aquino, especialista en economía asiática.
"India y EEUU se están acercando más por una sencilla razón: China. Como sabemos, hace un mes hubo una pequeña escaramuza en la frontera común que tienen China e India. De acuerdo al informe de India, 20 de sus soldados murieron allí. Entonces parece que está sintiendo la necesidad de acercarse más a EEUU, porque en verdad China es un país más grande", apuntó el economista.
La necesidad de cooperación es mutua y para el coordinador del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad de San Marcos, en Perú, el interés de Washington también reside en su enfrentamiento con Pekín.
"Sabemos que hay una competencia estratégica —como lo ha definido EEUU— con China. Entonces quiere aliados en Asia y la India es un aliado. En los últimos dos o tres años, EEUU ha formado lo que llaman un cuadrilateral, junto a India, Australia y Japón, que reúne lo que considera las cuatro democracias más importantes del planeta. Y aunque no lo describen así, todo el mundo lo ve como [una herramienta para] enfrentar a China", señaló.