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Por Mariano De Rosa, Economista, CEO Fintech Más Inversiones.
Esta tarde se define si Argentina logra salir del default o no y si es capaz de aprovechar la oportunidad de no complicar más su futuro. Lo que está en juego es si logrará salir de la gran encrucijada del default. Tendrá la enorme posibilidad de salir de esta asfixiante situación y recibir el visto bueno a la reestructuración de la deuda por parte de los bonistas.
En las últimas negociaciones por la reestructuración de la deuda, el Gobierno no logró tener ni el 10% de la aceptación por parte de los bonistas. Si Argentina decide mejorar la propuesta y bajar su nivel de vulnerabilidad dentro del contexto global tiene la enorme posibilidad de salir menos golpeada de esta delicada situación.
Dado el escenario macroeconómico actual y la influencia del coronavirus Covid-19 en el ciclo, el país se enfrenta a restricciones muy severas, ante las cuales el default implicaría un menor grado aún de libertad para sobrellevar la crisis actual y de los próximos años.
El mayor logro para Alberto Fernández sería enfrentar la crisis sanitaria sin un default de deuda. El verdadero triunfo del Gobierno, sería salir airoso de los vencimientos de deuda junto a una buena administración de la emergencia sanitaria. La resolución de este conflicto es lo que lo convertiría en un buen administrador de la encrucijada actual.
Lo particular de este escenario es que Argentina se juega su futuro por una deuda con riesgo de default que no llega ni al 20% del PBI. En otras oportunidades como en 2001, la relación entre la deuda con riesgo de default y el PBI argentino fue hasta cinco veces mayor.
En este juego es importante entender el papel que tendrá la emisión monetaria, dado que si el gobierno entra en un default efectivo no podrá emitir deuda ni en pesos ni en dólares para hacer frente a los compromisos de gasto público.
Ante esta situación, el Gobierno estará obligado a emitir mucho más dinero de lo que ya emitió hasta el momento, y realizar juegos contables dentro del sector público para poder financiar el enorme y constante gasto estatal.
El peligro evidente es que esa ecuación se traduzca en una aceleración creciente de la inflación, que tanto afecta a las grandes mayorías.
Por esa razón, lograr un acuerdo cercano al 50% de aceptación por parte de los bonistas dejaría a nuestro país en una situación mucho menos conflictiva, permitiendo emitir deuda para afrontar los gastos. De lo contrario, cada punto de emisión monetaria podría traducirse en puntos de inflación.
Solo en Marzo, el Banco Central debió emitir el 35% de la base monetaria generando un punto de inflexión altamente peligroso para las expectativas de inflación de este año.
En conclusión, Argentina se ve forzada a llegar a un acuerdo con los bonistas para no tomar el peligroso camino de la incesante emisión monetaria. ¿Qué pasará en las próximas horas? (Ámbito)