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Es normal que te sientas nervioso ante una cantidad de personas que escuchan tu discurso, o cuando tienes una cita romántica; pero el trastorno de ansiedad social es más profundo. Según la Clínica Mayo, estos son algunos de sus síntomas:
• Temor intenso al hablar con extraños
• Temor a ser juzgado
• Temor a que la ansiedad se torne visible
• Angustia al sentir vergüenza o humillación
• Dejar de hablar con alguien por miedo a sentir vergüenza
• Tener ansiedad antes de situaciones que te aterran
• Esperar las peores consecuencias imaginables luego de una experiencia negativa en un encuentro social
• Analizar tu desempeño después de tener un encuentro social
Y no es todo, también pueden aparecer síntomas físicos:
• Malestar estomacal
• Náuseas
• Temblores
• Rubor
• Mareos
• Dificultad para respirar
• Tensión muscular
• Sentir que tu mente se queda en blanco
• Sudoración
Cuando se trata de niños, posiblemente exterioricen su ansiedad a través de llanto fuerte, berrinches constantes y estar aferrado a los padres. También demuestran negación frente a la interacción social.
El día a día de una persona que sufre fobia social se torna difícil. Porque tiene problemas para interactuar con el resto de las personas, así sean conocidas; les cuesta ir a trabajar o a la escuela, tener citas, asistir a fiestas, etc.
Incluso sienten incomodidad cuando llegan a un lugar y todo el mundo está sentado. O comer frente a los demás, devolver un artículo en la tienda, son síntomas bastante incómodos.
Si este tipo de trastorno no se trata a tiempo y de manera correcta, puede controlar tu vida. Será tanto su intervención en tus actividades diarias que terminarás con baja autoestima, y sin querer salir de casa.
Incluso, podrás sentir el deseo de suicidarte. Por eso, si padeces estos síntomas, o conoces a alguien que sí, recomiéndale la visita a un médico especialista.